Las ONG piden un estudio poblacional de lobo y la puesta en marcha de medidas preventivas antes de autorizar la muerte de 137 animales
Tras la reunión anual del Comité
de Seguimiento del Plan de Conservación y Gestión del lobo en Castilla y León
Las ONG piden un estudio poblacional de lobo y la puesta en marcha de
medidas preventivas antes de autorizar la muerte de 137 animales
Valladolid, 17 de septiembre de 2012 – Las organizaciones ambientales han mostrado su rechazo al
planteamiento extremo realizado por la Junta de Castilla y León, que
propone matar hasta 137 lobos durante la
temporada de caza 2012-2013. Para los grupos conservacionistas, siguen sin
existir datos rigurosos sobre la población de la especie en Castilla y León que
justifiquen estos cupos. Por otra parte,
advierten de que la puesta en marcha de medidas para prevenir ataques al ganado
y la flexibilización del sistema de gestión de los cadáveres de ganado
extensivo rebajarían ampliamente el conflicto con la población local.
El anuncio sobre un cupo de caza de 137 lobos al norte del
río Duero, llevado a cabo por la Junta de Castilla y León esta semana, y la
creciente conflictividad entre ganaderos y asociaciones de defensa de la
naturaleza, ha causado una profunda preocupación entre los grupos ambientales.
Las ONG se oponen a la propuesta de la Administración y
consideran que no está suficientemente justificada, ya que con ello no se
conseguirá resolver los problemas de gestión de la especie. Algunas de las
razones en las que se basan las organizaciones son:
·
La
falta absoluta de datos recientes y fiables sobre las cifras y área de
distribución del lobo en la región.
·
El
progresivo abandono de las medidas para prevenir ataques al ganado; durante
2011 tan sólo se donaron 10 mastines a ganaderos de la región y no se concedió
ninguna subvención para los cercados.
·
El
retraso en la adopción de acciones complementarias, como la flexibilización en
el sistema de gestión de los cadáveres del ganado extensivo, fuente de alimento
tradicional para el lobo.
Hay que recordar que el
lobo al sur del río Duero está incluido en el Anexo IV de la Directiva de
Hábitats, por lo que está estrictamente protegido. Este documento establece
que, para las especies que ostentan esta categoría de protección, será posible
el control poblacional sólo como medida
excepcional –en el caso del lobo, por daños al ganado– y siempre que se
cumplan dos requisitos previos: contar con datos sobre sus niveles
poblacionales procedentes de censos rigurosos que utilicen métodos reconocidos
por la comunidad científica, y poner en práctica de manera generalizada medidas
para la reducción de los daños ocasionados. La propia Junta de Castilla y León
participó como cofinanciador en un proyecto LIFE-Naturaleza que demostró cómo
el uso de mastines, vallas fijas y vallados eléctricos puede reducir de manera
muy significativa los daños al ganado en las explotaciones que los utilizan (www.life-coex.net). Ninguno de estos
dos requisitos se cumplen.
Para reconducir esta situación, además, los grupos consideran crucial el
mantenimiento y fomento del sistema de compensaciones a través de los seguros
ganaderos. El lobo es patrimonio natural y cultural de la región y su
exterminio sería una pérdida incalculable.
Los grupos han insistido en la necesidad de mejorar los
informes que presenta la administración relativos a la situación de la especie,
base de decisiones drásticas que están llevando a la muerte de más de un centenar
de lobos cada año. Estos informes siguen presentando para los grupos graves
carencias:
·
No
explican suficientemente la metodología empleada para los censos.
·
Ni
se aportan los datos recogidos, por lo que resulta difícil asumir los
resultados.
·
No
se explican los criterios para asignar
los cupos de caza en cada comarca.
Según Luis Suárez, representante de los grupos en el
Comité: “Esperamos que la propuesta de
modificación del Plan, que la Consejería presentará próximamente, garantice la
viabilidad a largo plazo de la especie, basándose en criterios científicos y
que, al mismo tiempo, permita la coexistencia entre el lobo y la ganadería
extensiva, mediante la puesta en marcha de medidas preventivas”.
Para las organizaciones, el modelo de gestión de la especie
que se está imponiendo en la región se encuentra cada vez más alejado de un
perfil técnico y científico, y más sometido a los vaivenes de las presiones y
enfrentamientos mediáticos, provocados por las organizaciones profesionales agrarias.
En la reunión del Comité, las organizaciones han propuesto
una serie de actuaciones para favorecer la conservación de la especie y
apoyar la actividad ganadera al mismo tiempo.
La ganadería extensiva de
Castilla y León atraviesa una profunda crisis relacionada con múltiples
aspectos (dureza del trabajo, falta de relevo generacional, bajos precios,
subida de los costes de producción, excesivas trabas burocráticas, falta de apoyo institucional, etc). Sin
embargo, destacan que el lobo no es en absoluto responsable de ninguna de
ellas.
Para las asociaciones es inaceptable que se pretenda
gestionar una especie tan compleja, además protegida por las Directivas
Europeas en buena parte de región, tan sólo matando ejemplares. Los grupos han
planteado en la reunión del Comité propuestas como la creación de un grupo de
trabajo sobre medidas de prevención y de apoyo a la ganadería extensiva en el
que los grupos invitan a los ganaderos a participar para
conseguir soluciones al conflicto.