domingo, 19 de marzo de 2017
miércoles, 15 de marzo de 2017
Apoyamos está nota de prensa: Las asociaciones ambientales responden a la Consejera de Agricultura y exigen a la Junta una rectificación en la gestión de los topillos
Las asociaciones ambientales del Programa Antídoto califican de
carentes de toda veracidad las declaraciones del cuatro de marzo pasado
de la Consejera de Agricultura de la Junta de Castilla y León, Milagros Marcos,
en las que acusa a los grupos ecologistas de haber realizado “presiones
judiciales” en el tema de los topillos.
Esta afirmación, sin aportar prueba alguna, resulta especialmente
grave al venir de una persona que ostenta responsabilidad en un
cargo de Gobierno. Las ONG aclaran que se limitan a ejercer su derecho a
recurrir a los Tribunales ya que las administraciones no escuchan sus
peticiones y siguen insistiendo en usar el veneno y las quemas aunque no sea
necesario y sea incluso contraproducente.
Obviamente la Consejera ha demostrado no entender que los
ciudadanos y las asociaciones legalmente constituidas puedan ejercer sus
derechos legales, y que entre las formas de actuar de las ONG no está la de
presionar a los Tribunales.
La Consejera también ha afirmado que la declaración de plaga de
topillos se basa en estudios rigurosos, sin embargo para las ONGs el informe
pericial enviado por la Junta al Tribunal Superior de Justicia y que éste
ha tenido en cuenta para desestimar la paralización cautelar del reparto
de veneno, no refleja la realidad, continúa ocultando información
precisa sobre los procedimientos que usa la JCYL para determinar cuando hay que
actuar y no contesta a distintos aspectos clave de nuestra demanda. El informe
de la Junta trata de convencer de la existencia de un riesgo catastrófico en
las cosechas que no existe y que no ha existido nunca, no solo en Castilla y
León, sino tampoco en los países de Europa donde las plagas de topillos son más
fuertes y recurrentes desde hace décadas. La Junta incluso habla de daños
causados por esta especie en cultivos donde no se han registrado nunca
científicamente, usando bibliografía internacional que en realidad demuestra
que esta especie solo causa daños de importancia económica relevante en
la alfalfa, ni siquiera en cereal.
La Junta tampoco es capaz de aportar datos que muestren que estamos en
situación poblacional de plaga, Según los mapas de riesgo de la Junta, entre
2014 y 2016 solo ha habido riesgo alto para los cultivos de cereal en el verano
de 2016, cuando paradójicamente, en 2016 no ha habido ni una sola reclamación
por daños de topillos, al contrario, ha habido una cosecha muy satisfactoria.
Todo esto genera muy serias dudas sobre los criterios que está
siguiendo realmente la JCYL para declarar que se necesita poner
veneno. Su afán por continuar ocultando información al respecto tampoco
nos resulta nada tranquilizador y las declaraciones recientes de asociaciones
de agricultores reconociendo que la actividad de los topillos se ha
reducido en el área más conflictiva (Tierra de Campos de Valladolid y Palencia)
también muestran que de nuevo se está cometiendo el mismo error de estos
años atrás, es decir poner veneno cuando las poblaciones de roedores ya están
reduciéndose por sí mismas.
Afortunadamente, son cada más los agricultores responsables que no están
usando el veneno en la medida que había calculado la JCYL. Las ONGs felicitan a
estos agricultores por ello.
Por último, pero no menos importante, la Junta en su contestación al
Tribunal Superior de Justicia tampoco responde a la pregunta clave de por qué
sigue empleando un veneno tan peligroso y persistente como la bromadiolona,
excluido del registro de productos fitosanitarios de Ministerio (MAPAMA), y
para el que se ha otorgado autorización excepcional de uso, cuando existe
autorizado un producto mucho menos peligroso. Para las ONG la respuesta es
clara, la Junta todavía tiene stocks de las toneladas de bromadiolona
almacenadas en 2013 que solo fueron en parte utilizadas y por tanto está
primando la cicatería sobre la conservación del patrimonio natural de los
ciudadanos de Castilla y León.
El movimiento ecologista continuará luchando por que Castilla y León se
parezca a un país avanzado como Alemania, donde teniendo plagas de topillos
recurrentes desde hace décadas, se ha prohibido hace ya años el uso de
rodenticidas anticoagulantes como fitosanitarios agrícolas por los
riesgos que suponen para la fauna y el medio ambiente. En este sentido, y ante
la aprobación de una orden que amplía en el espacio y en el tiempo el uso de
rodenticidas, el programa Antidoto trabaja ya en ampliar sus demandas.
martes, 14 de marzo de 2017
ASOCIACIONES AMBIENTALISTAS ADVIERTEN DE QUE EL MIRADOR DE LOS CORTADOS DEL PISUERGA ES INVIABLE
Para los ecologistas, el proyecto carece
de toda viabilidad económica, legal y ambiental, resultando inapreciable su
interés como elemento de dinamización socioeconómica y considerándose una
actuación sin sentido, fuera de lugar y económicamente absurda
Afecta a un enclave natural de
extraordinario valor faunístico caracterizado por una comunidad de aves
rupícolas de muy elevado interés
Es incompatible con el Plan Especial de
Protección del Medio Natural y Rural “Soto de Aguilarejo”, con el Plan Regional
del Valle del Duero, ni con las Normas Urbanísticas Municipales de San Martín
de Valvení.
La Asociación para la
Conservación y Estudio de la Naturaleza
de Valladolid (ACENVA) , la Asociación Garrapinos, la Asociación para la
Recuperación del Bosque Autóctono - ARBA Valladolid y Ecologistas en Acción de
Valladolid, se han dirigido mediante escrito formal al Consejero de Fomento y
Medio Ambiente cuestionando la idoneidad y viabilidad del proyecto de mirador
en los cortados de San Martín de Valvení, sobre el río Pisuerga, que ha sido anunciado
en fechas recientes en la prensa local y regional, dentro de una serie de
proyectos incluidos en el Programa de Infraestructuras Turísticas en Espacios
Naturales de Castilla y León.
Para los ecologistas, el
proyecto carece de toda viabilidad económica, legal y ambiental, resultando inapreciable
su interés como elemento de dinamización socioeconómica y considerándose una actuación
sin sentido, fuera de lugar y económicamente absurda. Conviene meditar dicha
viabilidad antes de continuar con el proyecto, para que sus promotores no se
embarquen en una actuación que, como consecuencia de la falta de viabilidad
ambiental y económica, genere un rechazo social y origine unas injustificadas
cargas a las arcas públicas.
El proyecto de mirador
resulta incompatible con el Plan Especial de Protección del Medio Natural y
Rural “Soto de Aguilarejo”, promovido por la Diputación de Valladolid y
aprobado en el año 1989. Conforme a la normativa de dicho Plan, el
emplazamiento se localiza en terrenos clasificados como “Área de Protección
Absoluta”; en estas áreas no se permite “ningún tipo de edificación,
construcción o vallado, sea cual fuere el motivo que la originara”. Tampoco la
instalación del mirador es compatible con las prescripciones recogidas en el
Plan Regional del Valle del Duero, que cataloga el emplazamiento como Corredor
de Enlace dentro de la Red de Corredores Ecológicos del Territorio Duero, ni
con las Normas Urbanísticas Municipales de San Martín de Valvení, que
clasifican los terrenos afectados como Suelo rústico con Protección Natural y
con Protección Cultural, no teniendo cabida el uso asociado al proyecto de
mirador.
Otro aspecto no menos
importante que a las asociaciones firmantes les resulta paradójico es que el
proyecto, promovido por la Consejería que vela por el medio ambiente regional,
afecte a un enclave natural de extraordinario valor faunístico, caracterizado
por una comunidad de aves rupícolas de muy elevado interés. El proyecto
originaría unas molestias inaceptables a las especies presentes, tanto en su
construcción como una vez instalado. Se trata además de un enclave que se
encuentra incluido en la Red Natura 2000. En concreto, el emplazamiento
previsto para el mirador se encuentra incluido en las delimitaciones de dos
espacios de esta red: la ZEC “ES4140082 Riberas del río Pisuerga y afluentes” y
la ZEPA “ES0000220 Riberas del Pisuerga”. Conforme a los planes básicos de
gestión y conservación de estos Espacios Protegidos Red Natura 2000, una
estructura como la que se plantea daña el hábitat de cantil fluvial, pudiendo
afectar a las poblaciones de las especies que justificaron la declaración de
estos Espacios y su inclusión en dicha Red. Un análisis de las afecciones del
proyecto a los valores presentes en el lugar permite concluir que el proyecto
no es viable. Por el contrario, los ambientalistas consideran que los planes
Red Natura 2000 incluyen distintas medidas de conservación que darían lugar a
acciones de mejora ambiental que resultarían mucho más idóneas y útiles que el
proyecto de mirador que se ha planteado.
Resulta también paradójico e
incongruente que el objetivo que pretende el proyecto, la contemplación del
paisaje del valle del Pisuerga, se pretenda conseguir a costa de provocar una
importante alteración de un elemento paisajístico de muy elevado interés, como
es el cortado fluvial, una pared natural originada por la erosión fluvial de
más de 400 m. de longitud y unos 80 m. de altura, de tonalidades anaranjadas y blanquecinas,
situada en la margen izquierda del río Pisuerga, formando parte del valioso
paraje natural del “Soto de Aguilarejo”. El proyecto constituye una agresión arbitraria
a un elemento natural muy frágil que altera gravemente el paisaje, que,
supuestamente, es precisamente lo que se pretende poner en valor con el
proyecto.
Los ecologistas advierten de
que el proyecto no se justifica en términos de inversión económica, no habiéndose
valorado otras alternativas. Resulta muy probable que el mirador proyectado
apenas tuviera uso, convirtiéndose en una estructura semiabandonada, en
progresivo deterioro y a expensas de actos de vandalización. Se considera que una
inversión económica como la prevista para el mirador debería destinarse a
actuaciones verdaderamente útiles y con alta aceptación social.
Además, el emplazamiento resulta
geotécnicamente inapropiado, puesto que se trata de unos terrenos activos e
inestables, en los que se puede apreciar que los desmoronamientos son periódicos
y la erosión es constante, lo cual sólo podría solventarse con una alteración
muy elevada de los terrenos que permitiera la cimentación de la estructura y
consolidación de los terrenos, lo cual redundará en el presupuesto de la obra.
Finalmente, el emplazamiento afectaría
al yacimiento arqueológico “Las Peñas”, elemento cultural que constituye un motivo
más de valor del lugar y que forma también parte del paisaje que ha de ser
valorado por el observador que lo contempla. Las obras asociadas al mirador y
la propia presencia de esta estructura moderna impropia del marco escénico que
se contempla suponen una alteración, directa o indirecta, de los valores
arqueológicos del lugar y de la interpretación paisajística que permiten.
Las asociaciones firmantes
solicitan a los responsables de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la
Junta de Castilla y León que reconsideren la idoneidad de ejecutar el proyecto,
fomentándose en su lugar otras actuaciones que resulten verdaderamente útiles
para un desarrollo sostenible en la zona.
miércoles, 8 de marzo de 2017
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